La casa y su correspondencia con el cuerpo.
Para el Feng-Shui la casa es nuestra segunda piel, el refugio, el lugar donde descansamos después de la lucha del día a día. Al mismo tiempo a la casa se le atribuye una correspondencia con las partes del cuerpo.
Por ello, es interesante echar una mirada a nuestra casa a ver qué nos encontramos, y a través de ello tener más información de como nos relacionamos con nuestro entorno y como éste nos afecta.
La puerta y la entrada se relacionan con la boca. Es desde ahí que “ingerimos” y nos alimentamos, así que: ¿está suficientemente despejada para que fluya la energía?
Las ventanas se corresponden a los ojos. Lo que vemos y cómo lo vemos. ¿Qué veo desde mis ventanas? ¿mantengo limpios los cristales? ¿Tengo bonitas cortinas o estores?
Todo esto me va a dar pistas de cómo “veo” las cosas (independientemente de cómo sean de por sí).
El cuarto de baño tiene que ver con los intestinos y la evacuación. Observa qué ves: ¿Está muy atestado de cosas? ¿Todo comprimido, sin sitio apenas para entrar? ¿Es bonito y alegre? ¿Huele bien? Etc. Esto puede ser un reflejo no sólo de cómo funciona mi intestino, mi función de asimilación y excreción, sino también de como asimilo las diversas circunstancias de mi vida, y como me deshago de lo que ya no me vale o bien lo retengo y retengo (sentimientos, rencores, pensamientos, etc.)
La cocina tiene que ve con mi estómago y mi proceso digestivo. Cómo asimilo las experiencias en mi vida tiene que ver con esta zona de mi casa. ¿Los acontecimientos que me llegan soy capaz de transformarlos y aprovecharlos para mi crecimiento? ¿o les voy dando vueltas y vueltas continuamente en un círculo sin fin, sin digerirlos? Mira tu cocina y verás la correspondencia: si está muy caótica, o presenta un orden “creativo”, todo eso me da información sobre cómo asimilamos nuestras situaciones y circunstancias.
El dormitorio tiene que ver con mis relaciones más personales, no sólo sentimentales, también con “mi gente”, la más cercana, y las relaciones conmigo mismo/a. Así que ¿qué es lo que me encuentro en él? ¿Imágenes de personajes solos? ¿ Impersonal? O bien ¿lleno de fotos, recuerdos de aquí y allá, con mucha nostalgia?
El salón tiene que ver con mi vida, con como disfruto de la vida de mis relaciones sociales, de mis amigos, de cómo me divierto, de cómo saboreo cada instante (y al revés: Si me encierro en mi mundo, si me alejo de los demás, etc.). ¿Es cómodo? ¿acogedor? ¿invita al descanso y al ocio? ¿Refleja mis gustos y mi personalidad o parece un salón de revista de decoración en el que nadie vive?
Aquí tenéis información con la que reflexionar. Mirad vuestra casa con ojos distintos "ojos Feng Shui" y buscad las correspondencias con lo que os pasa en el día a día y como asimiláis las distintas experiencias y oportunidades que os llegan.
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